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Yo voto por el Alcalde Mayor

No es pariente de “la” Carola Cotapos, de “Maca” Bezanilla ni del hijo clon de Carlos Larraín. No le hace homenajes a Krassnoff, no es imitado por Stefan Kramer ni está en contra del matrimonio igualitario. Mi candidato no aspira a ser concejal ni tampoco a lograr una alcaldía. Yo voto hoy por el Alcalde Mayor. Y lo digo en serio. Iré a votar y anularé mi voto poniendo la frase que le da título a esta columna. Por dos razones. Primero, en lo que respecta a cumplir mi deber cívico de manifestarme democráticamente, nunca olvido el póster que mi madre puso en mi pieza cuando era chico: “Cumple tus obligaciones para obtener el respeto de tus derechos”, decía. Y me quedó marcado como un tatuaje de esos que jamás se borran. Desde esa perspectiva, ir a votar hoy es lo fundamental. Lo que uno vote, ya sea por un candidato, nulo o blanco, esa es una opción tan válida como personal.  Segundo, y ahora respecto de la figura del Alcalde Mayor, permítanme explicarme a qué me refiero con esta institución que nos llora a los santiaguinos y a varias regiones de Chile. El Alcalde Mayor, personaje político que existe en ciudades como Bogotá (¿les dice algo la comparación entre el exitoso Transmilenio de esa ciudad y el Transantiago nuestro?), Nueva York y muchas otras urbes de naciones desarrolladas y en desarrollo (China), está por sobre los alcaldes comunales, intendentes y todo tipo de organizaciones que velan por sus intereses particulares. Es la persona que busca el desarrollo integral de la ciudad, quien planifica a largo plazo, el que integra las necesidades y los anhelos de cada una de las partes. Pensemos en temas que deben verse con una perspectiva mayor, como los vertederos, el transporte público, los cementerios, los caminos y las veredas, que muchas veces cruzan más de una comuna y quedan en tierra nadie. Sumemos a eso que sólo en la Región Metropolitana hemos tenido ocho intendentes en diez años. Es decir, cada uno de ellos ha permanecido en el cargo poco más de un año. Apenas entienden de qué se trata la pega, son reemplazados. Un mal chiste. Por eso, y después de escuchar y leer a varios especialistas, de innumerables conversaciones al respecto en reuniones con el equipo de expertos de Plataforma Urbana, y de ver el éxito de ciudades que funcionan con este formato, estoy convencido que la fuerza debe estar puesta en cambiar el paradigma. Santiago necesita un Alcalde Mayor. Y el resto de Chile también. Aunque los políticos se hagan pipi de miedo por la popularidad que podría tomar quien detente ese cargo. Eso es problema de ellos. Nuestro problema es otro. Es un problema de verdad.