Casi siete años, cerrado. Tan cerca y tan lejos de los santiaguinos. El Palacio Cousiño desapareció del mapa turístico de nuestra capital después del terremoto del 27 de febrero de 2010, debido a los daños que sufrió. Recién ahora, luego de todo este tiempo, el fantástico edificio vuelve en gloria y majestad. El que fuera el hogar de la familia Cousiño-Goyenechea, una de las más ricas de Chile, dueños de la mina de carbón de Lota, la mina de plata de Chañarcillo y la viña Cousiño-Macul, se mandó a construir en 1875 y la responsabilidad quedó en manos del arquitecto francés Paul Lathoud, autor también del Museo Nacional de Historia Natural. Las terminaciones así como la decoración del palacio fueron traídas de Europa en los barcos de la familia: desde porcelanas hasta el parquet tallado a mano, desde los cortinajes bordados en Francia hasta los pisos italianos. Es más, se trató de la primera propiedad en Sudamérica en poseer un generador eléctrico, comprado a Thomas Edison, amigo de la familia; y la primera en tener agua caliente y fría simultáneamente. Fueron tres generaciones de la familia Cousiño las que pudieron gozar del palacio por seis décadas hasta que, en la década de los cuarenta, se remató con muebles y pertenencias. Por suerte, el alcalde de Santiago de esa época acordó con la familia que entregara la propiedad a la Municipalidad de Santiago por apenas tres millones de pesos en bonos, con la condición de que el edificio se conservara tal cual. Recién en 1977, el alcalde Patricio Mekis abrió el palacio como museo y en 1981 fue declarado Monumento Histórico Nacional. Antes, fue usado para recibir a autoridades como la canciller de Israel, Golda Meir, el presidente Charles De Gaulle de Francia y el Rey Balduino de Bélgica. Cuando se preparaba el palacio para la visita de la Reina Isabel II de Inglaterra en 1968, un incendio destruyó completamente el segundo piso. La reconstrucción comenzó en 1970 y duró diez años. Un verdadero ejemplo de resiliencia arquitectónica que hoy, a casi 140 años de su inauguración, vuelve a mostrarse en la mejor de sus formas. “En realidad el trabajo que se ha ejecutado acá es de algo más que reparar los daños del último terremoto, pues ha sido una oportunidad para recobrar las fachadas originales del palacio y se dio la coincidencia del hallazgo de una antigua cava que el edificio tenía y que no estaba habilitada. Gracias a ese descubrimiento ahora cobrará vida como un lugar para exposiciones, añadiéndose como un aporte más de este espacio cultural de la ciudad”, explica la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá.
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— santiagoadicto (@santiagoadicto) October 29, 2016