Si a sus dueños les interesara el dinero, podrían vender esta propiedad en varios millones de dólares. Pero no, prefieren tener un museo de acceso gratuito y cuya colección de arte es simplemente impresionante. El Museo Ralli debe ser uno de los lugares más desconocidos de Santiago a pesar de que existe hace más de veinte años en la esquina de Alonso de Sotomayor y Candelaria Goyenechea, en pleno barrio de Vitacura. Se trata de una entidad privada sin fines de lucro que se decida a promover el conocimiento de la obra de artistas latinoamericanos vivos, así como de grandes del arte mundial. Hay cinco Museos Ralli en el mundo: al de Santiago se suma uno en Punta del Este, uno en Marbella (España) y dos en Cesárea (Israel). En total, 11 mil metros cuadrados destinados al placer de disfrutar el arte. Detrás de esta obra filantrópica hay un matrimonio, Harry y Martine Recanati, gente que le hizo un regalo a nuestra ciudad y que hay que aprovechar. Se quedarán con la boca abierta cuando vean las obras de genios como Salvador Dalí, Georges Braque, Amadeo Modigliani, Giorgio de Chirico, Auguste Rodin, Joan Miro, Man Ray, Marc Chagall, Rufino Tamayo, Mario Toral, Wilfredo Lam, Roberto Matta y Henry Moore. Eso sin contar la numerosa colección de artistas de nuestro continente. Otra buena noticia es que las cámaras fotográficas son bienvenidas, no hay tiendas de ningún tipo que desconcentren al visitante y, entre martes y domingo, el museo está abierto ininterrumpidamente de 10:30 a 17:00.
Vaya, recórralo y después es muy probable que concordemos: esta voluminosa y moderna construcción que alberga un verdadero tesoro, entre originales y grabados, es el secreto mejor guardado de Santiago. O, al menos, uno de ellos. Más información en www.museoralli.cl
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