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La tía más rica de Chile

“Si la reina Isabel la Católica no hubiera empeñado sus joyas, la América no habría sido descubierta”, reza un afiche publicitario de 1927 de la Caja de Crédito Popular, mucho más conocida como “La Tía Rica”. Creada por el gobierno del presidente Juan Luis Sanfuentes a principios de los años 20, en plena depresión económica mundial, la idea era aliviar a las miles de familias que pasaban apuros económicos a través del intercambio de plata por prendas. Muy simple: una persona llevaba joyas, ropa, instrumentos musicales, zapatos, sábanas, herramientas, lo que fuese siempre que estuviera en buen estado, se valorizaba en dinero, se le prestaba el monto en efectivo y se le daba un plazo para devolver la plata, todo ello con un muy bajo interés. Si la persona no volvía a rescatar su prenda, ésta se remataba. Tan simple y eficiente que, a casi cien años de su inauguración, el sistema se mantiene incólume. Sólo que ahora son los notebooks, los tablets, las cámaras de video y otros artilugios tecnológicos los que más se ven en las bodegas. Y para que quede clara la vigencia de la tía más rica de Chile, vaya un dato: en 2012, a nivel nacional, se hicieron préstamos por 29 mil millones de pesos. Pero la historia de esta tía no se queda sólo en la ayuda económica, pues su casa matriz es un notable ejemplo de arquitectura art decó y de hermosos vitrales. Ubicada en San Pablo con Capuchinos, es obra de los arquitectos Federico Bieregel (Castillo Lehuedé o Castillo Rojo) e Ismael Edwards Matte (ex sede de Colo Colo en calle Cienfuegos). Y recorrerla, algo que se puede hacer cualquier día de la semana o, con más detención, para el Día del Patrimonio, es un verdadero estímulo para los sentidos. Ya sea por sus espectaculares cerámicas de piso, por su importante cantidad y variedad de vidrios policromados, por el detalle que se aprecia en el trabajo de fierros decorativos, por la elegante puerta principal o por la presencia de afiches publicitarios con carácter histórico, la Tía Rica de San Pablo 1130 es, al mismo tiempo, ese “pariente” que te da una mano en momentos duros y un ejemplo de patrimonio tangible que hay que conocer.