img_0583-400x400
img_0583-400x400

La cumbre más sexy de Santiago

Subir el Manquehue debiera ser uno de los mandamientos de todo santiaguino. Por razones que no logro entender, recién, sólo hace un par de semanas, decidí hacer cumbre en este glorioso cerro. ¡Cómo no lo hice antes! Y fue una de las sensaciones más potentes que he vivido en mi calidad de fanático y admirador de la capital de Chile. Claro, no fue un día cualquiera. La noche anterior había llovido y, cuando empecé a subir, había un sol y una luminosidad perfecta. Era uno de esos días del año en que Santiago, con su cordillera completamente nevada y sin una gota de smog, se convierte por algunas horas en una de las urbes más lindas del planeta. Pero una cosa es ver Santiago desde abajo y otra, muy distinta, es ver Santiago desde 1638 metros de altura: el cerro San Cristóbal parece una loma, el Costanera Center se ve como un edificio minúsculo y nada se compara con la magnitud del Manquehue y su bellísima cumbre. Una vista de 360 grados a la Región Metropolitana es el premio a un esfuerzo de alrededor de una hora y veinte minutos de caminata, 2,6 kilómetros de pendiente, que si bien no exigen ser deportista de elite ni tener conocimientos de escalada, hay que mirar con respeto. En pocas palabras, el Manquehue se puede subir hasta la cumbre sólo si uno está en buen estado físico. Y así como es imprescindible contar con zapatos de trekking (prohibidas las zapatillas deportivas), es más que recomendable el uso de bastones, especialmente para bajar. Además hay que llevar agua en una botella, pues no hay ningún lugar donde conseguir ese vital elemento. Si bien el Manquehue tiene cierta fama de peligroso por los asaltos, basta ir un sábado o un domingo para darse cuenta de que la gran cantidad de gente que lo frecuenta lo hace un lugar totalmente seguro. En mi caso, lo subí un miércoles en la mañana, día laboral, me topé con unas quince o veinte personas muy amistosas que iban a lo mismo y jamás enfrenté ni la más mínima situación de riesgo. Hay cinco rutas para llegar a la cumbre del Manquehue: Lo Curro, Agua de Palo, Bosques del Polo, Travesía del Guanaco y la ruta del Cóndor. En mi caso, usé la primera, Lo Curro, que implica llegar hasta el final de la Vía Roja. Si va el wikén, notará que llegó al lugar indicado por la gran cantidad de autos estacionados. No hay que pagar ningún tipo de entrada y, si es su primera vez, lo mejor es seguir a la gente para conocer el camino. Y, ojo, en el Manquehue todo el mundo se saluda: las buenas vibras son contagiosas. Último consejo. Si quiere llegar a la cumbre por etapas, o sea de a poco, sugiero que la primera vez suba el Manquehuito (1.316 metros), algo que puede hacer con niños y familia completa pues se trata de un ascenso mucho más corto y amable, que si bien tiene alrededor de un kilómetro en común con la subida a la cumbre del Manquehue, se separa en un determinado punto. Una vez que llega a la cima del Manquehuito, justo donde se encuentra una gran cruz de color blanco, tendrá una muy linda vista de la ciudad. Y si queda con gusto a poco, ya lo sabe: el fin de semana siguiente llegará el momento de atacar la cumbre más sexy de Santiago.


Ver esta publicación en Instagram

#sunset en Santiago de Chile #atardeceres #colores #trek #trekking #santiago #manquehue #cerro #cerromanquehue #chile #chilegram

Una publicación compartida de Juan Pablo Ozaki (@jpozaki) el