Se le puede llamar de dos maneras: Parque Isidora Cousiño o Parque de Lota. De estilo afrancesado, repleto de especies vegetales exóticas y muchas esculturas, este increíble lugar empezó a diseñarse en 1862, cuando las minas de carbón de Lota ya habían convertido a la familia Cousiño en una de las más ricas de Chile. Monumento nacional desde abril de 2009, está ubicado en la interesantísima ciudad de Lota, que hoy vive del turismo que generan las visitas a la mina conocida como Chiflón del Diablo, al museo que muestra la época de esplendor del carbón y a este parque de 14 hectáreas. Obra del paisajista inglés de apellido Bartlet (en todos los textos aparece como Bartlet o Mr. Bartlet), se pueden encontrar allí más de ochenta especies vegetales originarias de Chile, Norteamérica, Australia, Europa, Asia y África, así como 27 esculturas de fierro y otras construidas en cerámica. No solo lo que se ve dentro del parque es espectacular, pues la vista a la costa del Golfo de Arauco desde la parte más alta es de antología. El Parque Isidora Cousiño tiene su nombre muy bien puesto, ya que se trató de un regalo que le hizo Luis Cousiño -único hijo de Matias Cousiño (el creador de la riqueza de la familia)- a su mujer, Isidora Goyenechea, quien cambió su apellido por el de su marido. Luego de la temprana muerte de Luis Cousiño, Isidora contrató al experto en paisajismo, Guillermo O`Reilly, para introducir nuevas especies de plantas, como cedros, pinos, boldos y mañíos. Desde 1929, cuando el parque es vendido a la Compañía Carbonífera de Lota, es posible visitarlo, algo que hoy se complementa con un servicio de guías especializados que visten tal cual se hacía en el siglo XIX. De esa manera, rememoran el entorno de Isidora Goyenechea y Luis Cousiño y le dan un atractivo adicional a este imperdible, hermoso e inolvidable lugar.