Mattalagranja
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El primer gol del pueblo chileno

Hace poco más de 40 años, en plena comuna de La Granja, el artista Roberto Matta pintó un mural de 25 metros de largo y casi cinco de ancho. Lo ayudó la hoy muy famosa Brigada Ramona Parra, autores de algunas de las intervenciones urbanas más importantes de Chile. El trabajo duró ocho meses, entre marzo y noviembre de 1971. Invitado por el presidente Allende, el objetivo era plasmar el triunfo de los desposeídos con una obra de nombre provocador: “El primer gol del pueblo chileno”, haciendo referencia a un partido de fútbol en el cual el pueblo le hacía un gol a los poderosos. No alcanzaron a pasar dos años y el cambio de gobierno, ahora con los militares a la cabeza, tuvo consecuencias sobre esta obra de arte. Catorce manos de pintura se encargaron de esconder cualquier vestigio de Matta y sus goles metafóricos. El mural volvía a ser el muro de una piscina pública y nadie pareció acordarse más del tema. Hasta que en 2003, un grupo de estudiantes de la Universidad de Chile propuso repintar el lugar como una suerte de homenaje. Por suerte, el alcalde decidió intentar primero una restauración y, así, varios años después, en abril de 2007, la obra fue devuelta a la gente en un estado de notable recuperación. Y ahí no termina la historia. En febrero de 2009, luego de recibir una inversión de dos mil millones de pesos, se levantó alrededor de esta gigantesca joya de Roberto Matta un Centro Cultural de categoría. En total, 2 mil 800 metros cuadrados construidos, un anfiteatro para más de mil personas, preciosas esculturas donadas por grandes como Federico Assler y Sergio Castilllo, biblioteca, salas de clase para danza y otras disciplinas, todo enmarcado en una arquitectura sobria y moderna. Y todo pensado para enaltecer y honrar una de los trabajos más monumentales en la carrera del pintor surrealista chileno. Dato importante: la entrada es gratuita, está abierto todos los días y, al estar ubicado en la esquina de Santa Rosa con Vespucio, se puede llegar muy fácil en metro, bus o auto. De verdad, imperdible!