Imagen-IMG-20180131-WA0008
Imagen-IMG-20180131-WA0008

El colegio más lindo de Santiago

Una joya de la arquitectura moderna hecha en Chile. Uno de los pocos ejemplos en nuestro país de lo que los alemanes llaman “Gesamtkunstwerk” una obra de arte total. El colegio San Ignacio El Bosque, construido entre los años 1958 y 1972 a un costado de la calle Pocuro, produce asombro así como admiración. Aunque en sus inicios fue pensado como espacio deportivo y sede de una sección de Preparatorias del colegio San Ignacio Alonso Ovalle, desde 1960 toma cierta autonomía y ya en 1974 se convierte en un colegio hecho y derecho. Fue justamente uno de los alumnos de la sede Alonso Ovalle quien se haría cargo de levantar este ejemplo de hito pedagógico. El arquitecto Alberto Piwonka (1917-1992), junto a la colaboración de su colega Patricio Schmidt, dejará en este colegio, así como en el Verbo Divino, una huella difícil de olvidar. Preocupado de todos los detalles inimaginables, Piwonka diseña baldosas especiales con la fábrica Súper y techos también especiales con la empresa Pizarreño; le pide al artista cubano Mario Carreño, fundador igual que él de la nueva Escuela de Arte de la UC, que haga ese extraordinario mural que da a la calle Pocuro y que se llama “Homenaje a Fray Angelico”; realiza un concurso entre varios escultores para la imagen de la virgen de la capilla del colegio, el cual gana Sergio Castillo; le pide al también escultor Matías Vial que se ocupe de los relieves de las puertas y del sagrario de la capilla; y, en 1970, promueve un concurso entre los alumnos de la Escuela de Arte que gana Francisca Délano, quien pinta un mural abstracto en el acceso a la biblioteca. Hay más: como el paisajista Oscar Prager muere en 1960 (había hecho los jardines del Verbo Divino), le encarga el trabajo a Paz Echeverría. El resultado es un jardín que mezcla jacarandás, liquidambars, grandes rocas y una laguna. Simplemente precioso. Arte integral. Arquitectura de altísimo nivel. No fue Alberto Piwonka el que nunca recibió el Premio Nacional de Arquitectura: fue el premio el que se perdió a Piwonka. Si quiere saber más de este colegio y de su arquitecto, le sugiero el texto de Cristóbal Molina Baeza, “El proyecto como lugar de síntesis de ideas: Los colegios del Verbo Divino (1948-1975) y San Ignacio El Bosque (1958-1972) en Santiago de Chile”. Se puede encontrar sin dificultad en internet.

Ver esta publicación en Instagram

Los jesuitas me persiguen

Una publicación compartida de Pablo Quezada (@pabloqzda) el